No es difícil cuando después de un
temporal en el Cantábrico, se sale a pasear cerca de la playa, para
disfrutar del sol que nos ha faltado, ver picotear por las hierbas unos
pajarillos, que al asustarse a nuestro paso levantan el vuelo y nos
llama la atención la blancura de sus alas. Son escribanos nivales,
pájaros que han criado casi en la zona polar y que cuando llega el
invierno, como muchos de sus congéneres, tienen que abandonar su tierra
de nacimiento, para poder subsistir.
Son visitantes regulares de nuestras costas del norte y no suelen pasar
al centro de la península, y solo en contadas ocasiones se han visto en
otros lugares. Su lugar de invernada normal es la costa inglesa y
algunas parejas muy pocas anidan allí.
Los meses que más se dejan ver son los de noviembre a enero, siendo su
plumaje en esta época bastante pardo, contrastando con la temporada de
cría que casi es blanco total.
Su única confusión si es que puede haberla, es con el Gorrión Alpino.
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